Armengol, Sánchez y el problema de la periferia
domingo 20 de julio de 2014, 18:24h
La entrevista mantenida este sábado en Barcelona entre el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la secretaria general del PSIB, Francina Armengol, no debe entenderse solamente como una protocolaria toma de contacto después de la elección del joven madrileño al frente de los destinos de los socialistas españoles.
Ambos dirigentes tienen mucho en común. Comparten una visión federalista asimétrica del Estado. Es decir, que las comunidades autónomas más activas, más capaces de generar riqueza y que en definitiva tiran en primer lugar del carro del conjunto de España, no deberían verse lastradas por una financiación injusta y discriminatoria, ni por ver como buena parte de los recursos que traducen en impuestos luego no pueden reinvertirse en más iniciativa públicas en la propia comunidad ya que se marchan a engrosar las arcas de Madrid.
Sánchez es madrileño, pero comprende a la perfección los problemas de las comunidades periféricas más dinámicas, entre las que se encuentra Balears. Un buen feeling Sánchez-Armengol puede ser muy positivo de cara al futuro.
Otro aspecto a tener en cuenta es el problema catalán, que ha ido encrespándose más y más en los últimos años. Pedro Sánchez ha de tener muy en cuenta a Armengol en este contencioso. Sería muy necesario un mayor acercamiento PSC-PSIB, que tienen una forma de pensar periférica muy afín. Sánchez puede ayudar mucho en este aspecto. Además, una dirigente catalanoparlante como Armengol, y teniendo en cuenta además el aprecio que tienen en el Principado hacia el Archipiélago, debería gozar de un peso específico más importante dentro de la estructura del PSOE en todo lo que concierne a Catalunya.
Para resolver problemas como el catalán, o como los que padecen, desde otra perspectiva, otras comunidades periféricas, como son los dos Archipiélagos, es preciso que sus anhelos sean comprendidos en la capital. Pedro Sánchez puede jugar perfectamente este papel. Si por un lado es preciso superar las tentaciones separatistas catalanas, por el otro también es imprescindible dejar atrás la vieja mentalidad centralista madrileña.
Probablemente la virtud se encuentre justo en el medio. Y es ahí donde Armengol desarrolla su pensamiento y praxis políticas. El nuevo secretario general socialista, que tan buena relación tiene con la periferia andaluza, debe tener muy presente donde se encuentran otros de sus principales puntos de apoyo ante los problemas que se le vienen encima.