¿A dónde vas tío loco?

Esta mañana, después de dejar a mis dos angelitos en el colegio, cojo mi coche y salgo a toda castaña dirección a mi trabajo. Lo de a toda castaña es pura ironía porque saliendo del parking debo de ir a 10 km por hora. La cosa es que me adelanta un psicópata y se lleva por delante mi retrovisor. No sé si el personaje en cuestión era psicópata, pero lo que sí puedo asegurar es que era Flash, el superhéroe de DC. Debía de ir a unos 300 km/ hora, montado en su patinete, sin casco, sin chaleco reflectante y sin vergüenza porque ni siquiera ha parado. Y yo me he quedado con cara de tonta con mi retrovisor en la mano.

Es una evidencia que la movilidad de las ciudades ha cambiado a un ritmo vertiginoso. Parece que se ha impuesto una moda por lo eléctrico, coche eléctrico, bicicleta eléctrica y como no patinete eléctrico. Aunque yo lo prefiero llamar artilugio asesino.

Estos artilugios asesinos se pasean por el centro de nuestras urbes a gran velocidad, según dicen pueden alcanzar los 25 km/hora sin despeinarse. Lo mismo van por el carril bici que por la acera o en los mejores casos por la carretera. Los he visto hacer hasta el caballito, ¡serán burros!

¿Para cuándo una ordenanza que regule realmente el uso de este patinete? ¿No hay forma de controlar este descontrol? ¿Y un seguro obligatorio?

Total que sigo con mi cara de tonta y además sin coche porque está en el mecánico esperando su retrovisor.

Aida Díaz Puertas